EN LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL PUERTO
En fiestas especiales la Misa de la mañana es a las 12 horas
(en todo caso, se anuncia oportunamente)
EN LA RESIDENCIA SANTA ANA - Bº BERRIA
EN LA CAPILLA DE SAN MIGUEL - Bº EL DUESO
La Misa en la Residencia Santa Ana de Berria se normalizará conforme evolucione la situación motivada por el COVID-19.
El Despacho parroquial está ubicado en la planta baja del Centro Parroquial anejo a los jardines del Templo.
El horario de atención al público es el siguiente.
LUNES y VIERNES, de 18 a 20 horas
MARTES, MIÉRCOLES y JUEVES, de 10 a 12 horas.
Los días festivos no se abre la Oficina Parroquial.
A ella puedes acudir a solicitar los servicios parroquiales que necesites.
Tanto las intenciones de Misas, como otros certificados o solicitudes para Bautismos, Matrimonios, Aniversarios sacramentales o de difuntos conviene pedirlos con una cierta antelación.
La Oficina de Cáritas Parroquial atiende al público, solicitando cita previa, en el despacho Parroquial.
Hay un Equipo de Voluntarios que, coordinados por D. José Francisco Rodríguez, atienden dos proyectos que desde hace años se planteó nuestra Cáritas Parroquial:
- El acompañamiento de mayores (suspendido por el Covid-19)
- La atención primaria
Nuestra Cáritas forma parte y cuenta -no puede ser de otra manera- con el apoyo y ayuda constante de Cáritas Diocesana de Santander.
Se reza todos los días del año a las 19:00 horas.
En el tiempo de Cuaresma, los viernes se sustituye por rezo del Vía Crucis.
Los días laborales a las 19:00 horas, y cuando se solicite oportunamente.
La Parroquia está especialmente solícita para la administración de la Sagrada Unción y la distribución de la Sagrada Comunión a los enfermos.
Llama a la Parroquia para poder atender a quien lo solicite, cuanto antes.
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy hablo de la Unción de los enfermos, es el sacramento de la compasión de Dios con el sufrimiento del hombre.
La parábola del “buen samaritano” expresa el misterio que se celebra en este sacramento: Jesús se acerca a quien sufre y lo conforta con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Luego, lo lleva a la posada, que representa a la Iglesia, a la cual Cristo lo confía. Jesús enseñó a sus discípulos a tener su misma predilección por los enfermos y necesitados, y les confió la tarea de atenderlos en su nombre por medio de este sacramento.
La Unción de los enfermos nos ayuda a ampliar la mirada frente a la enfermedad y a saber que no estamos solos, que el sacerdote y la comunidad cristiana sostienen al enfermo y al que sufre. Por eso es importante llamar siempre al sacerdote cuando hay un enfermo, no hace falta que esté grave, que esté muriéndose, llamadlo cuanto antes, de tal manera que el sacramento lo fortalezca, el Señor lo ayude a soportar la enfermedad, lo alivie y lo reconforte. Es un consuelo muy grande la presencia de Cristo en la enfermedad, que nos toma de la mano y nos recuerda que le pertenecemos a Él, y que nada nos puede separar de Él.